En el artículo se describen los objetivos e intervenciones educativas y terapéuticas de esta disciplina, como así también, los beneficios para el desarrollo humano.

La Psicomotricidad es una disciplina que considera de manera global a la persona, por lo tanto, sintetiza psiquismo y motricidad, con el fin de permitir al individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que lo rodea. Además, pretende desarrollar las capacidades del individuo a través del movimiento, tanto en niños sanos, como en aquellos que sufren perturbaciones motrices.

Se entiende a la psicomotricidad como la intervención educativa o terapéutica que tiene como objetivo el desarrollo de las habilidades motrices, expresivas y creativas del niño a través del cuerpo, y utiliza el movimiento para el logro del mismo.

Esta disciplina tiene en cuenta diferentes indicadores para entender el proceso del desarrollo humano: la coordinación (expresión y control de la motricidad voluntaria), la función tónica, la postura y el equilibrio, el control emocional, la lateralidad, la orientación espacio temporal, el esquema corporal, la organización rítmica, las praxias, la grafomotricidad, la relación con los objetos y la comunicación.

La práctica psicomotriz 

Se realiza tanto de manera grupal como individual, a través de un enfoque que tiene en cuenta las diferentes necesidades especiales y características de los niños con problemas o patologías. Se trata de ayudar a aquellos que tienen dificultades para relacionarse con los demás y el mundo que les rodea. Se logra detectar, diagnosticar y tratar alteraciones y/o trastornos en el desarrollo, colaborando en su evolución.

También se trata de rehabilitar ciertas funciones, que se han visto afectadas por diversas patologías o trastornos.

Existen diferentes trastornos psicomotores que pueden diagnosticarse, entre los más importantes se encuentran los siguientes:

Dispraxia: implica una falta de organización del movimiento, es decir, una debilidad motriz generalizada o circunscrita a ciertas habilidades. Es una alteración de los movimientos voluntarios previamente aprendidos, que se ejecutan obedeciendo una orden.

Torpeza motriz: es la dificultad que tiene un niño para moverse en el espacio, tanto en el área corporal, como en el área del grafismo y de la construcción.

Inhibición psicomotriz: ésta problemática comúnmente no genera alteraciones en el medio. El niño inhibido se «sobreadapta» a los tiempos y espacios. Se caracteriza por la «hipokinesia», por lo tanto, pasa desapercibido. Entre otros signos, presenta «inhibición del movimiento», su movimiento está retenido, cosa no esperable en un niño, ya que la actividad motriz, es una vía de exploración y aprendizaje del medio, de los objetos, y del dominio y construcción de su propio cuerpo.
Inestabilidad motriz.

Se trata de una agitación continua y desordenada, sin un objetivo útil en relación con una tarea. El niño presenta necesidad de movimiento y de contacto excesivo, que no puede satisfacer.

Cabe destacar que la práctica de la psicomotricidad es abordada, según el caso, interdisciplinariamente con las siguientes disciplinas: Medicina (Médico Pediatra, Fisiatra, Neurólogo, Psiquiatra); Psicología; Psicopedagogía, Fonoaudiología; Terapia Ocupacional, Pedagogía Especial, Acompañante Terapéutico y Kinesiología.

Beneficios de la psicomotricidad

– Facilita la adquisición del esquema corporal, permite que el niño tome conciencia y percepción de su propio cuerpo.
– Aborda los diferentes patrones motores como la marcha, la carrera, el salto, el lanzamiento y la recepción.
– Favorece el control del cuerpo, a través de la psicomotricidad, el niño aprende a dominar y adaptar su movimiento corporal.
– Ayuda a afirmar su lateralidad, control postural, equilibrio, coordinación, ubicación en tiempo y espacio.
– Estimula la percepción y discriminación de las cualidades de los objetos, así como la exploración de los diferentes usos que se les puede dar.
– Crea hábitos que facilitan el aprendizaje, mejora la memoria, la atención y concentración, así como la creatividad del niño.
– Introduce nociones espaciales como arriba-abajo, a un lado-al otro lado, delante-detrás, cerca-lejos y otros más, a partir de su propio cuerpo.
– Refuerza nociones básicas de color, tamaño, forma y cantidad a través de la experiencia directa con los elementos del entorno.
– Se integra a nivel social con sus compañeros, propicia el juego grupal.
– Reafirma su autoconcepto y autoestima, al sentirse más seguro emocionalmente, como consecuencia de conocer sus propios límites y capacidades.

Claves:

Se entiende a la psicomotricidad como la intervención educativa o terapéutica que tiene como objetivo el desarrollo de las habilidades motrices, expresivas y creativas del niño a través del cuerpo, y utiliza el movimiento para el logro del mismo.


Prof. Mariana Soledad Palacios
Psicomotricista M.P. 7590
Miembro de Fundación Clínica de la Familia
Informar para la Salud - 06-06-15

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