Un estudio del Conicet da cuenta de que es muy alto el porcentaje de chicos que toman bebidas alcohólicas y están involucrados en accidentes de tránsito
Un informe del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Nación (Conicet) da cuenta de que el consumo de alcohol constituye un importante factor de riesgo de lesiones y muertes en el contexto del tránsito. El estudio, realizado en cuatro ciudades del país, incluye datos sobre Río Cuarto y abre la puerta para el trabajo de las organizaciones sociales pensando en revertir la realidad de la problemática.
“Informar para la Salud”, de Fundación Clínica de la Familia, analiza aquí algunos de los resultados del informe. “Se buscó conocer y explorar los comportamientos, los niveles de información y actitudes relacionados con el consumo de alchol y tránsito”, indicaron los autores del informe que coordinó Rubén Ledesma, y agregaron: “Este documento está pensado principalmente para comunicar los resultados preliminares a las comunidades que participaron de las encuestas”.
En total fueron 15 establecimientos educativos de Río Cuarto los que participaron de la iniciativa, sumados a jóvenes que fueron consultados en comercios, bares y en la vía pública. Se sumaron, así, 1426 chicos de entre 15 y 25 años, que respondieron preguntas relacionadas con las costumbres de entretenimiento, de consumo de alcohol y de movilidad.
Modos de movilidad
Al respecto, un 19,2% de los jóvenes riocuartenses de entre 15 y 17 años indicaron que manejan auto, mientras que el porcentaje para los chicos de entre 18 y 25 sube a 32,1%. Ante la consulta de cómo se trasladan cuando salen con amigos a divertirse, la mayoría indicó que lo hace caminando, pero hubo un porcentaje que alarmó a los investigadores: el 14,2% de los jóvenes de la franja más alta conducen automóviles, mientras que el 14,4% lo hace en motos. El informe aclara, no obstante, que en nuestra ciudad también tiene un importante porcentaje el uso del colectivo o de remises.
Consumo de alcohol
En cuanto a la frecuencia con la que toman bebidas alcohólicas, en nuestra ciudad los jóvenes dijeron mayormente que lo hacen todos los fines de semana. En cuanto al consumo episódico excesivo en un mismo mes, el 57,9% de las mujeres de entre 15 y 17 años dijeron haberlo tenido, al igual que el 66,3% de los varones de esta franja de edad. En el caso de los hombres de la segunda franja, el porcentaje subió al 69,2%.
Otros puntos que se tuvieron en cuenta en el relevamiento son: el 60,6% de los jóvenes dijeron que es falso que si sólo se toma una cerveza es imposible volverse alcohólico; que el 40,8% asegura que beber alcohol aumenta la confianza en uno mismo; el 24,2% dijo que es verdad que si se come mientras se toma alcohol se puede manejar.
Consumo y movilidad
Otra de las preguntas efectuadas a los jóvenes era si en los últimos 3 meses manejaron un vehículo después de haber tomado 1 litro de cerveza, o 3 vasos de vino, o 3 medidas de fernet, u otra bebida de este tipo. Los jóvenes de entre 15 y 17 años en Río Cuarto dijeron que sí en un 12,3% para manejar autos y en un 11,5% en moto, mientras que los porcentajes subieron a 24,1% y 23,2% respectivamente en la franja que va de 18 a 25 años.
Por otra parte, cuando se consultó si habían viajado junto a alguien que hubiese tomado la cantidad de alcohol mencionada, el 37,3% dijo que sí en los jóvenes de entre 15 y 17, y el 52,8 en los de 18 a 25.
Finalmente, de acuerdo con lo que indican los relevamientos, son altos los porcentajes de jóvenes que consideran que el alcohol en algunas fiestas es esencial, aunque después haya que manejar.
Influencia social
En este punto, los investigadores se refirieron a la influencia de los pares y el control social. Consultaron si los amigos de los jóvenes evitan el alcohol a la hora de manejar, si los amigos manejan aún después de haber tomado y si les da vergüenza decirles a sus compañeros que van a manejar porque tomaron demasiado alcohol, entre otros puntos. “Muchos manifiestan que sus amigos manejarían luego de haber bebido; es decir, hay normas subjetivas que operan en el sentido de desaprobar la conducta, éstas no necesariamente ejercen control efectivo sobre el comportamiento”, señalaron los especialistas.
