El Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez se celebra el 15 de junio de cada año, una fecha oficial de la ONU con el objetivo de concienciar y denunciar el maltrato, abuso y sufrimientos a los cuales son sometidos muchos ancianos y ancianas en distintas partes del mundo.
La vejez está referida a la última etapa de vida de las personas denominada tercera edad, que se inicia a partir de los 65 años de edad. En la etapa del envejecimiento comienzan las transformaciones mentales y físicas progresivas, propias de la edad. Este proceso o última etapa de la vida es irreversible, culminando con la muerte o fallecimiento del individuo:
– Deterioro en la capacidad regenerativa de las células, generando un déficit de las mismas (apoptosis).
– Pérdida de neuronas y disminución del volumen cerebral.
– Cambios morfológicos y patológicos: disminución de estatura, disminución de agudeza visual, pérdida auditiva, cambios en la piel.
– Disminución de la capacidad psicomotriz.
– Disminución de la memoria.
– Alteración de la capacidad de adaptación.
Tipos de maltrato a las personas mayores
Es sabido que el maltrato, en cualquiera de sus formas, puede llegar a producir consecuencias físicas y psicológicas devastadoras a medio y largo plazo. Algo que no es tan conocido son las conductas que constituyen realmente situaciones de maltrato en la tercera edad. Se detallan a continuación los tipos de maltrato que sufren con mayor frecuencia las personas en la vejez.
Maltrato físico
El maltrato físico a los ancianos se define como el uso de la fuerza ejercida sobre la persona mayor que puede derivar en golpes, restricciones físicas, bofetadas, zarandeos, castigos físicos, empujones, quemaduras, ingesta forzada, heridas u otras lesiones que provocan dolor y/o incapacidad.
Abuso sexual
El abuso sexual a ancianos, como a cualquier persona, se caracteriza por el contacto de naturaleza sexual no consentido. Puede manifestarse de forma explícita o de manera encubierta. Algunos ejemplos son insinuaciones, ciertos gestos y/o palabras, tocamientos, manoseos, exhibición de genitales, desnudez forzada, realización de fotografías impúdicas e incluso violación.
Negligencia y abandono
La negligencia y/o el abandono de la persona mayor supone una amenaza contra la salud de la persona cuidada. Este tipo de comportamientos engloban una variedad de conductas como las deficiencias y/o irregularidades en la administración de comida y de fármacos prescritos por los profesionales de la salud, el descuido en la higiene de la persona mayor, no facilitar asistencia médica en caso de ser necesario, etc. En definitiva, el comportamiento negligente se traduce en un descuido de las necesidades básicas de la persona, ya sea de manera intencional por parte de la persona que cuida, ya sea no premeditada.
Abuso económico
El abuso económico se refiere a toda explotación, aprovechamiento o uso impropio de los bienes y enseres de la persona cuidada. Puede consistir en sustracción, falsificación de objetos y/o documentos, apropiación ilegal de bienes del otro… En algunos casos puede conllevar daños, forcejeo, sustracción, amenazas, etc.
Restricciones
Sin bien las restricciones pueden llegar a ser necesarias por prescripción médica, se considera una forma de maltrato una aplicación inapropiada de las restricciones, ya sean contenciones físicas (cinturón abdominal, arnés, peto clip perineal, chalecos de sujeción para sillas de ruedas…) o contenciones químicas (llevadas a cabo mediante la administración de diversos fármacos, sedantes…). Las restricciones o contenciones se consideran una forma de maltrato en aquellos casos en los que el empleo de las mismas no es necesario y están limitando la libertad de la persona. Deben utilizarse únicamente bajo prescripción médica.
Maltrato psicológico
El maltrato psicológico a ancianos consiste en provocar dolor emocional, malestar, pena o angustia a través de una serie de acciones que pueden ser verbales o no verbales. Se manifiesta con amenazas, castigos, humillaciones, coacciones, insultos, comportamiento menospreciativo, rechazo de opiniones y deseos, ridiculización, infantilización, ignorar a la persona, falta de respeto hacia sus opiniones, etc. Este tipo de acciones dañan gravemente la autoestima de la persona cuidada, pudiendo derivar en sentimientos de culpa e inseguridad, síntomas depresivos, ansiedad, despersonalización (se sienten extraños a sí mismos, a su cuerpo y al ambiente que los rodea), sensación de invasión de la intimidad, deterioro de la integridad y reforzamiento del aislamiento.
La protección y el cuidado que merecen todas las personas en la etapa de la vejez.
Cuando las personas llegan a la etapa de la vejez necesitan de ciertos cuidados especiales, y en muchas ocasiones no pueden ser atendidos por la falta de recursos, disponibilidad de tiempo y apoyo por parte de su entorno familiar. Por este motivo, quedan al cuidado de otras personas que terminan abusando física y psicológicamente de ellos, aprovechándose de su estado de vulnerabilidad.
En tal sentido, la Organización de las Naciones Unidas decretó la creación de esta efeméride el 15 de junio de 2006, con la finalidad de hacer valer los derechos de todas las mujeres y hombres que han llegado a la vejez.
En el entorno familiar, se deben de implicar todos los miembros de la familia y abordar de manera conjunta la situación a la que se enfrentan el cuidador y la persona cuidada, con el fin de lograr minimizar los problemas que conlleva tener que hacerse cargo de una persona mayor. Acudir a un profesional de la psicología puede ayudar a mejorar el estado emocional del cuidador y de la persona cuidada, y derribar algunos muros que puedan dificultar el buen funcionamiento de tal relación. La terapia psicológica también puede ayudar al resto de miembros de la familia a llevar mejor la situación, así como a concienciarse sobre la necesidad de su apoyo.
En general, todos podemos ayudar a mejorar esta situación prestando una mayor atención a los mayores que nos rodean, participando en programas de asistencia para reducir la soledad a la que se enfrentan estas personas, y brindándoles el cariño que necesitan y merecen. Es importante destacar de nuevo que el maltrato en la vejez es una problemática difícil de detectar, por lo que es importante involucrarse y denunciar el maltrato a una persona mayor si se detecta. El aislamiento y algunos otros factores previamente abordados dificultan que la persona anciana denuncie por sí misma.
Fuentes:
www.diainternacionalde.com
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