¿Qué hacer cuando su hijo le dice que para él eso no es un problema y que seguirá haciéndolo?, aquí un análisis de la problemática.
A cualquier madre o padre le preocuparía que su hijo/a consuma marihuana, por los problemas que pueda tener y el riesgo de llegar al abuso y dependencia de esta droga y otras. Sobre este tema, comparto un artículo del Dr. Heller, con quien acuerdo con algunas estrategias que pueden ser útiles a los padres.¿Qué podría hacer la madre y/o el padre cuando su adolescente admite fumar marihuana y continúa haciéndolo abiertamente porque no ve nada malo en ello? Desde el lado positivo, a pesar de la naturaleza desafiante del hecho que su hijo diga que va a hacer lo que quiera y no puede detenerlo, debemos ver que se mostró abierto sobre lo que está haciendo, eso muestra un nivel de confianza y honestidad que es importante reconocer y comunicar. “No me gusta lo que estás diciendo pero me alegra que seas honesto conmigo”. A pesar del desafío, provee una oportunidad para la discusión, a menudo cuando los adolescentes son abiertamente desafiantes en cuanto al consumo de sustancias, en realidad están pidiendo que se les impongan algunos límites.Lo primero que deberían hacer los padres es tratar de entender lo que el adolescente está experimentando e intentar establecer un diálogo que le sea de ayuda. Contenga las amenazas, acérquese a su hijo e intente una mayor comprensión sobre la situación. Por ejemplo: ¿Por qué te gusta fumar marihuana? ¿Cómo te sientes cuando consumís? ¿Cuáles son los beneficios para vos? Esta última pregunta abre algunas áreas a explorar. Para algunos adolescentes, es una actividad puramente social, esto es identificado como el uso recreacional. También es interesante saber con quién está fumando. Para que él responda, tiene que prometer confidencialidad. ¿Es su amigo de siempre? ¿Se distancia de su grupo social de siempre? ¿No son “populares” quizás porque no consuman drogas? Otro aspecto central a reflexionar es cuánto del uso de marihuana está basando en calmar un malestar emocional. Una de las causas más frecuentes que llevan a consumir marihuana es la automedicación. Esto es, cuando los adolescentes que tienen algún trastorno de ansiedad, la usan para relajarse, o el que está deprimido la usa para desconectarse de sentimientos y pensamientos negativos. Este grupo de consumidores es más probable que fume solo, tanto como con sus pares y esa es una importante distinción que hay que realizar. Si hay un problema de base que conduce al uso de marihuana, es importante identificarlo e incentivar la búsqueda de ayuda para ese problema.Cuando se inicie la conversación, su hijo no va a tardar en señalar que él no es un drogadicto como fulano o mengano que siempre están drogados. Una buena pregunta para hacer es la siguiente: ¿Cómo sabrías cuándo tu consumo te hace mal? Esta parte de la discusión le da una idea sobre la frecuencia que utiliza marihuana y bajo qué circunstancias. Más importante aún, clarifica su habilidad de darse cuenta de que hay riesgo de abuso y si realmente podría notar la diferencia. Por ejemplo: ¿es consciente de que los consumidores crónicos, definidos como aquellos que fuman diariamente por un mes o más, típicamente se deprimen si dejan de usar?También, ¿es consciente de las formas en que la marihuana impacta negativamente en los consumidores? Por ejemplo, porque tiende a crear una sensación de apatía. El síndrome de ¿Qué?… ¿Yo preocupado?, los efectos negativos de la marihuana son frecuentemente sutiles y pasan desapercibidos con facilidad. Se supone que todos estos puntos de discusión sean cubiertos en una sola conversación, parte del desafío es encontrar esos momentos ocasionales en los que su adolescente está de humor para hablar.En un segundo momento, una vez que los padres obtienen una mejor comprensión acerca de las razones del consumo y la modalidad del mismo, ambos deben expresar su desagrado y expresar las consecuencias que este consumo le ocasionará. Es importante que lo expresen de forma calmada pero firme, sin amenazas histéricas o irrazonables. Entienda que no puede controlar si él o ella elige fumar. Pero ponga reglas firmes y tome medidas donde suspenda muchos privilegios.Existe el riesgo que un consumo experimental y recreativo se convierta en problemático, cuando el comportamiento de su adolescente cambie de manera significativa. Ante esta situación, puede tomar la decisión de consultar con un especialista, los padres en primer lugar, para luego involucrar al adolescente en un tratamiento de asistencia en donde participe la familia. La sugerencia final a los padres es ser abierto y mantener una comunicación basada en información acertada sobre los riesgos que implica el consumo de drogas y animar al adolescente a tomar buenas decisiones. Esta situación puede ser una oportunidad para que los padres tengan la posibilidad de ayudar a desarrollar en sus hijos la capacidad de tomar buenas decisiones en su vida.
Lic. Amado Pauletti. Psicólogo (/M.P. 2154) Presidente de la Fundación Clínica de la Familia