La agorafobia es un trastorno de ansiedad que afecta a muchas personas de todo el mundo.
¿Te has sentido alguna vez atrapado, sin poder salir de tu casa? La agorafobia va mucho más allá del miedo a los espacios abiertos; se trata de una fobia compleja que desencadena en un intenso miedo y estados de ansiedad.
Esta condición no se limita a lugares públicos, sino que también implica experimentar miedo al a enfrentarse a situaciones donde uno se siente vulnerable y asustado; ya sea en espacios públicos o abiertos.
Se estima que alrededor del 1.7 % de adolescentes y adultos reciben un diagnóstico de agorafobia cada año, siendo el doble de probable su aparición en mujeres. Pero ¿cuáles son los síntomas que acompañan a la agorafobia y cómo se puede enfrentar esta desafiante condición?
Síntomas
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V), los criterios diagnósticos de esta fobia son los siguientes:
- Un miedo intenso a situaciones específicas. Por ejemplo, el uso del trasporte público, estar en espacios abiertos, sitios cerrados, hacer cola o estar en medio de multitudes y estar fuera de casa solo. La clave de esta fobia es el temor a experimentar un ataque de pánico sin poder escapar o recibir ayuda.
- El «miedo al miedo» es la emoción predominante en situaciones de agorafobia. El miedo es desproporcionado y en comparación con el peligro real. Se manifiesta como temor a no poder escapar, perder el control, dependencia de otros, distanciamiento de los demás, desesperanza, sensación de irrealidad y separación del propio cuerpo.
- Este miedo o ansiedad se manifiesta a través de síntomas físicos como dolor en el pecho, sensación de asfixia, mareos, desmayos, hiperventilación, agitación, irritabilidad, náuseas u otros malestares del sistema digestivo, aumento del ritmo cardíaco, sudoración o temblores.
- La persona afectada suele evitar de manera activa las situaciones agorafóbicas, debido al temor de enfrentarse a dificultades para escapar o recibir ayuda. Si las afronta, lo hace con un acompañante o amuleto y con malestar.
- Estos síntomas deben durar al menos seis meses y causar malestar clínicamente significativo en la vida diaria de la persona, afectando aspectos sociales, laborales u otras áreas importantes del funcionamiento.
Agorafobia: algo más que el miedo a los espacios abiertos
La agorafobia puede ser incapacitante, asociándose con la depresión, afectando la autoimagen y la capacidad para las tareas diarias. Asimismo, según un estudio en BioPsychoSocial Medicine, se vincula con ataques de pánico y pensamientos catastróficos que aumentan la ansiedad y el miedo.
Es crucial comprender su asociación frecuente con el trastorno de pánico. Afecta alrededor del 75 % de los pacientes con agorafobia y genera preocupación por nuevos episodios.
Los ataques de pánico debilitan la sensación de seguridad fuera del hogar, y las personas evitan lugares «inseguros» sin compañía. Esto refleja la esencia de la agorafobia: un profundo temor al miedo que lleva a trazar un «mapa» de sitios seguros e inseguros.
¿Cuándo surge la agorafobia y cuáles son las causas subyacentes?
Los factores que desencadenan este trastorno son interesantes y diversos. Podemos agruparlos en tres categorías:
- Factores genéticos: se ha demostrado que existe un componente genético en la agorafobia, con una predisposición de alrededor del 30 %.
- Factores ambientales: los vínculos con la infancia pueden ser claves. Experiencias de ansiedad de separación durante esos años tempranos podrían predisponer a los individuos a adoptar comportamientos evitativos ante los ataques de pánico. Además, situaciones estresantes y traumáticas, como la pérdida de un empleo o un ser querido, también pueden actuar como facilitadores en la aparición de la agorafobia.
- Factores de personalidad: la influencia de la atención enfocada en las sensaciones corporales también juega un papel fundamental. Algunas personas son sensibles a los cambios físicos, permaneciendo alertas ante cualquier síntoma, lo que aumenta su ansiedad y los hace más propensos a desarrollar agorafobia.
Tratamiento
Superar la agorafobia no es fácil, pero con dedicación y esfuerzo es posible. Aunque puede ser crónica, su intensidad varía a lo largo de la vida. La terapia cognitivo-conductual es una opción efectiva y respaldada por la ciencia para enfrentarla. En algunos casos, se puede combinar fármacos recetados por especialistas médicos para mejores resultados.
La clave para superar el «miedo al miedo» radica en afrontarlo de manera decidida. La terapia será la guía en este proceso, rompiendo las asociaciones entre situaciones, lugares y el miedo.
A través de las experiencias perceptivo-correctivas, podrás desafiar tus zonas de seguridad y ampliar tus límites. También se puede aplicar técnicas de relajación basadas en la representación e imaginación que resultan útiles para manejar los síntomas de miedo ante la exposición o pensamiento de la situación temida.
5 preguntas para saber si podrías tener agorafobia
Te ayudamos a identificar si podrías estar experimentando agorafobia con estas cinco preguntas:
- ¿Sientes un temor intenso o ansiedad en sitios donde te resultaría difícil escapar o recibir ayuda en caso de experimentar una crisis de ansiedad o pánico?
- ¿Evitas ciertas zonas o situaciones específicas, como estar en espacios con mucha gente, utilizar el transporte público o salir de tu hogar, debido al miedo a experimentar una crisis de ansiedad o pánico?
- ¿Has experimentado episodios de ansiedad o pánico en el pasado y ahora temes que puedan repetirse en situaciones similares?
- ¿Al encontrarte en situaciones que te generen ansiedad, sientes un impulso irrefrenable de querer huir o alejarte con rapidez?
- ¿Has notado que estos miedos o evitaciones están afectando a tu vida cotidiana, limitando tu independencia y bienestar emocional?
Es importante recordar que esta información es solo una guía, también que un diagnóstico preciso de agorafobia solo puede realizarlo un profesional. Si las respuestas te generan preocupación o dificultades en tu vida diaria, te recomendamos a que consultes a un profesional de la salud mental para una evaluación más completa.
Recuerda que el miedo es irracional y que superarlo requiere de nuevas experiencias. Te animamos a buscar el apoyo de un profesional de la salud para que te acompañe en este proceso hacia una vida plena, libre de limitaciones.
Fuente: artículo extraído de «La mente es maravillosa». Escrito por Julia Márquez Arrico (texto revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González)