El tabaquismo suele ocultar problemáticas personales de fondo. Por eso, abandonar el cigarrillo redunda también en beneficios para la salud psíquica.
Mañana se conmemora en todo el mundo el Día Mundial Sin Tabaco, instaurado por la Organización Mundial de la Salud para luchar contra la epidemia del tabaquismo. A propósito de esa fecha, se publica una entrevista con Mauricio Eceiza, médico neumonólogo, y la psicóloga Silvia Durquet*, quienes trabajan en tratamientos de cesación tabáquica.
-¿Qué factores entran en juego en el desarrollo de la dependencia al tabaco?
-Eceiza: Principalmente, factores culturales. Normalmente, este hábito se inicia entre los 12 y 15 años. Tiene mucho que ver la incidencia del medio social, a través de los amigos y la familia, sobre todo si hay fumadores en la familia.
-Durquet: En éste, como en otros hábitos, se da mucho el comportamiento de imitación. Generalmente, el inicio en el tabaquismo se da por una cuestión de pertenencia al grupo. Por eso se empieza a fumar durante la pubertad.
-Eceiza: Todo está facilitado por la aceptación social del consumo de tabaco, que no sucede con el alcoholismo o la adicción a las drogas ilegales.
-Durquet: Lo que ayudó mucho es la ley provincial contra el tabaco. Llevó al fumador a tomar conciencia, sobre todo por el hecho de tener que salir de un lugar público para fumar. A la gente comenzó a darle vergüenza no cumplir esta norma.
-¿Cómo juegan la dependencia física y la dependencia psicológica?
-Eceiza: La dependencia física es la que hace que la persona se inicie en el hábito y lo mantenga en las primeras etapas del tabaquismo. La nicotina es una droga que tiene un altísimo poder adictivo: es más adictiva que la heroína y que la cocaína. Con el tiempo, se produce tolerancia, y se necesitan dosis cada vez más altas para lograr el mismo efecto. Cuando se deja de fumar, hay síntomas desagradables y aparece el síndrome de abstinencia, que es muy desagradable, y hace que la persona se vea castigada al querer dejar el hábito.
La dependencia física se puede superar con dos meses de tratamiento. Más difícil de superar es la dependencia psicológica, que hace que fumemos en ciertos lugares, en determinadas situaciones, en determinados estados de ánimo. Cada vez que uno repite esas mismas situaciones, evoca el deseo de fumar.
-Durquet: La dependencia psicológica está íntimamente relacionada con lo social. La persona fuma ante una situación de estrés, ante una alegría. Y la función del psicólogo es hacer que el fumador canalice sus emociones de otra forma.
-¿Hay personalidades más proclives a desarollar este hábito?
-Durquet: Claro, por eso no todas las personas desarrollan adicción. Las personalidades más fuertes no caen en adicciones. Las más proclives son las personalidades más permeables a los mandatos sociales de que fumar otorga estatus, éxito. Muchos fumadores tienen características ansiosas.
¿Es más común el tabaquismo en las mujeres o en los hombres?
-Eceiza: Años atrás era un hábito mucho más relacionado con los hombres. En las últimas décadas se emparejó y las mujeres fuman a la par de los varones.
-¿Suele ocurrir que la persona que deja de fumar cambia también otros aspectos más profundos de su vida?
-Eceiza: Dejar de fumar conlleva muchas veces un cambio de actitud hacia la vida. Muchas personas, al dejar de fumar, se replantean muchas cuestiones personales. Hay pacientes que se replantearon su cuestión laboral o su cuestión matrimonial. Por lo general, los cambios son para bien, porque la persona se deshace de una situación que la tenía sometida.
-Durquet: Al dejar de depender del tabaco se moviliza toda una serie de cuestiones que estaban ocultas justamente con el cigarrillo. Porque si está enojada, esa persona fumaba en lugar de expresar ese enojo. Como el cigarrillo ya no está, habla. Por eso se dan todos estos cambios positivos, porque dejan de ocultar las cosas con el cigarrillo.
-¿Cuáles son las formas de tratamiento?
-Eceiza: Hay muchas formas de tratamiento. Las formas más complejas incluyen tratamientos intensivos y multidisciplinarios, que suelen ser prolongados. En estos casos se utilizan pautas de conducta y medicación. Por lo general, el paciente deja de fumar a los tres meses, y se puede suspender la medicación. Luego, existe también un seguimiento del caso.
-Durquet: El trabajo se plantea con metas, objetivos para el paciente. La predisposición es fundamental a la hora de hacer un tratamiento. No se le puede exigir que deje de fumar.
Invitados: Dr. Mauricio Eceiza, médico neumonólogo (MP 22529). Lic. Silvia Durquet, psicóloga (MP 2667)
Escucha la entrevista en el micro de Informar Para la Salud en Fm Digital 91.9 realizada el día 18 de mayo de 2013: