El 15 de mayo de cada año se celebra este día para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.
A pesar de que el concepto de familia se ha transformado en las últimas décadas, evolucionando de acuerdo a las tendencias mundiales y los cambios demográficos, las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. En este contexto, el Día Internacional de las Familias nos da la oportunidad de reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan a su desarrollo y evolución.
El tema de este año: “Las tendencias demográficas y las familias”
La celebración en 2023 del Día Internacional de las Familias tiene por objeto concienciar sobre la incidencia que tienen las tendencias demográficas en las familias.
A finales de 2022, la población mundial alcanzó los 8000 millones de habitantes. El Secretario
General de las Naciones Unidas lo tilda de «hito en el desarrollo humano», ya que es una muestra de los grandes avances en materia de salud que amplían la esperanza de vida de los seres humanos. Se estima que el crecimiento demográfico continuará, aunque a un ritmo decreciente. Se prevé que la población alcance los 9800 millones de personas en 2050 y los 11.200 millones en 2100, lo que justicita una preocupación por las perspectivas de urbanización sostenible y la gestión del cambio climático.
El cambio demográfico es una de las megatendencias más destacables que afectan a nuestro
mundo y a la vida y el bienestar de las familias en todo el mundo. Las tendencias demográficas vienen determinadas principalmente por las pautas en fertilidad y mortalidad. El descenso de la fecundidad beneficia a las familias, que pueden invertir más en la salud y la educación de sus hijos, lo que a su vez contribuye a reducir la pobreza y a mejorar el desarrollo socioeconómico.
Las investigaciones indican que la disminución de la fecundidad también aumenta la participación laboral de las mujeres. Por otra parte, da lugar a familias más pequeñas que tienen menos posibilidades de hacer frente a los cuidados y otras obligaciones domésticas. Así, en tiempos de desempleo o enfermedad, las familias tienen menos miembros que podrían contribuir a paliar la situación. Además, las bajas tasas de fertilidad pueden socavar la población activa y las estructuras sociales, desencadenando reacciones drásticas con consecuencias difíciles de predecir para cuestiones que van desde la seguridad social hasta la igualdad de género.
¿Sabías que…?
La esperanza de vida mundial al nacer alcanzó los 72,8 años en 2019, lo que supone una mejora de unos nueve años con respecto a 1990. En 2030, casi el 12% de la población mundial tendrá 65 años o más. Para 2050, la longevidad media mundial se situará en torno a los 77,2 años. En todo el mundo, más del 23% de los individuos, lo que equivale a más de 1000 millones de personas, vive en barrios marginales en zonas urbanas. Se calcula que un crecimiento del 1% de la población urbana aumenta la incidencia de los suburbios en un 5,3% en Asia y un 2,3% en África.
Se calcula que el 2% de la población mundial no tiene hogar y que otro 20% vive en condiciones de vivienda inadecuadas.
Fuente: resumen del artículo extraído de Naciones Unidas (ONU)