Cuando pensamos en la educación de un niño no debemos olvidar la importancia de desarrollar sus habilidades sociales. Es fundamental que los más pequeños aprendan a comportarse de manera asertiva, es decir, que sean capaces de defender sus opiniones e ideas, así como a de expresar una crítica sin causar daño a los demás.
Educar a los niños en la asertividad permitirá que desarrollen una buena autoestima y mantengan buenas relaciones sociales, evitando las actitudes pasivas o agresivas.
Cómo educar en la asertividad
Las técnicas de asertividad deben aprenderse, por eso es de suma importancia el papel de los padres, pues son quienes primero deben enseñar a sus hijos a ser asertivos.
En primer lugar, se debe atender al ambiente en el que se desarrollan las capacidades sociales del pequeño. En este ambiente debe fomentarse la autoestima del niño, de manera que se sienta querido y respaldado. Para ello, las personas más cercanas a él, como los padres y profesores, deben reforzar las actitudes positivas y convertirse en modelos a seguir.
Actitudes para educar en la asertividad
- En primer lugar se debe tener cuidado con las proyecciones, es decir, hay que evitar transmitir a nuestros hijos nuestros propios temores y dejar que ellos tengan sus propias ideas y experiencias. El adulto se limitará a transmitir sus opiniones y a dar consejos contando sus experiencias pero sin establecer reglas.
- No se debe confundir un error puntual con una característica de la personalidad de una persona. Por ese motivo hay que tener cuidado con los mensajes que se transmiten a los niños.
- En último lugar, los padres deben tener expectativas respecto a sus hijos acordes a su edad, ya que a cada nivel educativo le corresponde una conducta diferente y pueden desarrollarse problemas si se les exigen actitudes para las que no se encuentran preparados.