Autora: Lic Analía Fazzano, Psicóloga – MP 3.661, Miembro de la Fundación Clínica de la Familia – Por qué las dietas y la actividad física no alcanzan para bajar de peso. Hasta dónde la historia personal influye en la enfermedad
La obesidad es un trastorno multifactorial. Es decir, no se trata sólo de un problema alimentario, sino que en la enfermedad influyen otros aspectos, dentro de los cuales los psicológicos tienen mucha importancia. Hace algunos años, cuando una persona quería descender de peso, se le sugería una dieta de bajas calorías, sumada a la actividad física. Si bien son indispensables, hoy se sabe que con eso solo no alcanza.
La mayoría de las personas que inician un tratamiento logran bajar de peso, algunos más que otros, pero todos consiguen ese objetivo. El inconveniente se presenta cuando quieren sostener el peso. Los pacientes dicen, “Yo no tengo problemas en bajar, pero después no puedo mantenerlo”. Allí es cuando los psicólogos nos preguntamos qué aspecto pueden estar influyendo en la persona.
-¿Qué es lo que podría influir?
-En cada persona es diferente, nunca es exactamente igual. Nos encontramos que los factores emocionales que atravesaron algunas personas en su vida desempeñan un rol fundamental. Situaciones que pueden ir desde la agresión, violencia, abandono, abuso, a otras que aunque puedan considerarse menores aunque no lo son verdaderamente, como cambios de lugar de residencia, cambios en la estructura familiar, cambios de escuela u otros duelos significativos. Situaciones de estrés laboral, familiar, social, también pueden colaborar en la génesis de la obesidad.
-¿Cómo trabajan los psicólogos con estos pacientes?
-Se trabaja sobre la concientización de las situaciones problemáticas, acompañando al paciente en su elaboración y acercándolo a su realidad actual, facilitándole las herramientas personales de las que dispone para afrontar sus objetivos. También se atienden aspectos relacionados con la modificación de hábitos, con el objetivo de la adquisición de una calidad de vida adecuada. Se incorpora al tratamiento a la familia del paciente obeso, ya que de una u otra manera deben colaborar con el tratamiento. Lo que se le ofrece al paciente es la posibilidad de realizar el tratamiento psicológico desde la terapia individual o la terapia grupal. Se evalúa al paciente y se analizan determinados aspectos de su personalidad y se deriva a uno de los dos dispositivos estipulados.
Está comprobado que un paciente que está con tratamiento psicológico logra mejores resultados que otro que no lo recibe.
-¿Cuáles son los objetivos de la terapia psicológica?
-Siempre el propósito es que el paciente adquiera una vida saludable, tanto física como psicológicamente. Los psicólogos no controlamos el peso, no es nuestra función (personalmente considero que no deberíamos hacerlo). Atendemos a cambios en su estado de ánimo, lo acompañamos a atravesar duelos, trabajamos con el sentimiento que le produce su esquema corporal, desentrañamos el significado de los atracones, analizamos junto al paciente situaciones que le generan estrés. Y básicamente, trabajamos con la conciencia de enfermedad, es decir, con la noción de que la obesidad es una patología crónica y el paciente siempre va a tener que estar atento a ello.
El éxito con un paciente no es que baje de peso estando siempre en terapia, sino que encuentre sus propios recursos para sostenerlo y cuando registre que su cuerpo le pide ayuda, él la vuelva a buscar.
Con respecto a esta patología, siempre es importante que se trabaje interdisciplinariamente, es decir que el paciente que inicia un tratamiento porque quiere bajar de peso debe asistir a la nutricionista, hacer actividad física, tener controles con su médico clínico, con el endocrinólogo. Porque como decíamos al principio es una enfermedad multifactorial, y hay que atacarla desde todos sus ángulos para lograr los objetivos esperados.