El 12 de agosto de cada año se conmemora el Día Internacional de la Juventud. ¡Es una buena fecha para escuchar sus voces!… compartimos un interesante informe, realizado por UNICEF, que indaga sobre el impacto de la crisis del COVID-19 en la salud mental de las y los adolescentes y jóvenes de Latinoamérica y el Caribe.
El sondeo rápido amplificó las voces de 8.444 adolescentes y jóvenes de 13 a 29 años en nueve países y territorios de la región. El reporte da cuenta de los sentimientos que enfrentaron en los primeros meses de respuesta a la pandemia y la situación en el mes de septiembre 2020.
Entre las y los participantes, 27% reportó sentir ansiedad y 15% depresión en los últimos siete días. Para el 30%, la principal razón que influye en sus emociones actuales es la situación económica.
La situación general en los países y sus localidades ha afectado el día a día de las personas jóvenes pues 46% reporta tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba. 36% se siente menos motivada para realizar actividades habituales.
Su percepción sobre el futuro también se ha visto negativamente afectada, particularmente en el caso de las mujeres jóvenes quienes han y están enfrentando dificultades particulares. 43% de las mujeres se siente pesimista frente al futuro frente a 31% de los hombres participantes.
Una situación que genera elevada preocupación y es un llamado a las autoridades de salud nacionales, es que el 73% ha sentido la necesidad de pedir ayuda en relación con su bienestar físico y mental. Pese a lo anterior, el 40% no pidió ayuda.
Este valor aumenta a 43% en el caso de las mujeres. Los centros de salud y hospitales especializados (50%) seguido por los centros de culto (26%) y servicios en línea (23%) son los principales mecanismos donde buscarían ayuda en caso de necesitarla.
Pese a enfrentar grandes dificultades, muchos adolescentes y jóvenes han encontrado diferentes formas de hacer frente a los nuevos desafíos y manejar sus emociones. Miles compartieron su fórmula.
No tengo una fórmula exacta. Lo único que intentaba era no estresarme, evitar el pánico y seguir con la rutina. Al final siempre me dije que el estrés puede hacer más daño que el propio virus. (James, 22 años, Haití)
No todos tenemos las mismas posibilidades para mantener nuestro bienestar físico y emocional. Por eso, yo no dudé en pedir ayuda. (Roberto, 17 años, Costa Rica)
Mi fórmula ha sido ayudar en un comedor comunitario para poder distraerme y no pensar en esta pandemia. (Ignacio, 15 años, Argentina)
Mi fórmula ha sido leer y escribir lo que me hace sentir mal. En muchas ocasiones, llorar. He tratado de distraerme dibujando o viendo series. El covid-19 me ha cambiado mucho, ni siquiera me reconozco a mi misma. (Rosa, 14 años, Guatemala)
Mi fórmula ha sido: me he mantenido ocupado, me he ejercitado más y he tenido una gran actitud. (Kristien, 17 años, Jamaica)
Mi fórmula fue cambiar los hábitos, despertarme temprano para ser más productivo, el autoconocimiento también me ayudó mucho. (João, 17 años, Brasil)
El sondeo rápido se realizó a través de U-Report, una plataforma digital que promueve la participación de adolescentes y jóvenes en temas que les afectan. Si bien la muestra no es representativa de toda la juventud en la región, los resultados permiten tener un vistazo de los desafíos que enfrentan, el acceso a mecanismos de asistencia, y la forma en que están manejando sus emociones. Los resultados son un llamado a promover la participación de la juventud en estos y otros temas que les afectan, escuchar sus voces y aumentar la inversión, la calidad y el acceso a servicios de salud mental en la región.
Fuente: www.unicef.org