El próximo martes se conmemora el Día de la Seguridad Vial. En este artículo se reflexiona acerca de los riesgos de manejar bajo los efectos de fármacos
El 10 de junio es un día dedicado a promover la educación vial como una estrategia para reducir los accidentes de tránsito y sus gravísimas secuelas, que en Argentina y nuestra provincia alcanzan cifras dramáticas. Un día para concientizar a nuestra comunidad y especialmente a los que conducen vehículos. La fecha elegida rememora un curioso suceso de la vida nacional, el cambio de mano. En nuestro país antes regía la norma que ordenaba el sentido del tránsito por la mano izquierda (al igual que en Gran Bretaña); pero el 10 de junio de 1945 se decretó el sentido del tránsito por la derecha, como en la mayoría de los países.
La seguridad vial es un tema no tan difundido por los medios y que nos afecta a todos de una forma directa o indirecta cuando salimos a la vía pública. Hace tiempo que se sabe que en un alto porcentaje de los accidentes está presente el alcohol como factor interviniente, pero no hay tantas investigaciones con respecto a la influencia de los psicofármacos en la accidentología vial, en nuestro país. No obstante, se puede inferir que siendo unos de los países con mayor uso de psicofármacos en el mundo, es probable que este consumo tenga una alta incidencia, aún no cuantificada, en los accidentes de tránsito.
En la Universidad de Adelaide (Australia) midieron las concentraciones sanguíneas de 2500 personas accidentadas en rutas para saber si había presencia de alcohol, tranquilizantes y otras drogas. Determinaron el grado de responsabilidad de cada conductor en el accidente sufrido y clasificaron, según los análisis de sangre, quienes habían consumido alguna de esas sustancias y los que no lo habían hecho. Así se comprobó que entre los conductores que no habían ingerido ninguna sustancia, el 53% habían resultado responsables del accidente, entre los que habían consumido psicofármacos, el 70% habían resultado responsables y entre los que habían consumido alcohol y otras drogas ilegales, el 90% resultaron responsables de los accidentes.
Leer el prospecto
Si se toma algún tipo de psicofármaco es aconsejable leer detenidamente los prospectos, incluso avisar al médico cada vez que le receten un medicamento sobre sus hábitos como conductor. En el caso de iniciar un tratamiento con algún fármaco, es muy importante averiguar si puede tener efectos sobre nuestra capacidad de conducción. Ya que los principales efectos secundarios que pueden producir son: somnolencia, disminución de la alerta, alteraciones oculares (visión borrosa), alteraciones auditivas (zumbidos, acúfenos), vértigos y los temblores, entre otros. La influencia en positivo o en negativo sobre esta capacidad está determinada por factores inherentes al fármaco y por otros relacionados con la persona que está en tratamiento.
De todos los medicamentos susceptibles de ser recetados, los psicofármacos son las sustancias que pueden tener efectos más perjudiciales para los conductores. Los más usados son los tranquilizantes y sedantes, que actúan como depresores del sistema nervioso central generando variaciones en el sueño, reduce los niveles de alerta, disminuye el tiempo de reacción, puede producir visión borrosa, entre otros. Y los estimulantes que actúan elevando el tono psicológico y se emplean para tratar estados depresivos.
¿Cómo prevenir un caso de riesgo causado por psicofármacos?
La prevención es anticiparse. Por ello, es muy recomendable que el paciente que empieza a tomar un medicamento que potencialmente puede alterar la capacidad de conducir procure averiguar cómo reacciona ante la medicación, antes de sentarse al volante de un vehículo. Para ello, deberá observar cómo influye en sus reflejos, en su capacidad de concentración y si le produce excesiva somnolencia.
Si tiene que conducir y toma medicamentos, recuerde:
La reacción del organismo a los medicamentos es más significativa los primeros días del tratamiento y puede no ser tan fuerte después. Siga siempre las instrucciones indicadas en cuanto a la dosis y al tiempo de duración del tratamiento. El consumo conjunto de alcohol y fármacos incrementa sus efectos adversos y, con ello, influye negativamente sobre la capacidad de conducción. En caso de duda, consulte a su médico o farmacéutico.
Miembro de Fundación Clínica de la Familia