¿Qué es la violencia escolar?
La violencia escolar es un fenómeno muy extendido, se existe en todos los países y afecta a un gran número de niños y adolescentes. Se refiere a todas las formas de violencia que tienen lugar dentro o fuera de las aulas, en los alrededores de las escuelas, en el camino hacia o desde la escuela, así como en línea y otros entornos digitales.
La violencia escolar la padecen principalmente los educandos, y puede ser perpetrada por otros educandos, docentes u otras personas de la comunidad escolar.
Cada mes, uno de cada tres educandos sufre acoso escolar en todo el mundo. Más del 36% de los educandos se ve afectado por una riña física con algún compañero y casi uno de cada tres ha sido agredido físicamente al menos una vez al año. El ciberacoso es un problema creciente que afecta a uno de cada diez niños. Aunque es difícil recopilar datos sobre la violencia sexual o de género en la escuela, los datos mundiales demuestran que una de cada cuatro mujeres jóvenes ya ha sufrido violencia por parte de su pareja antes de cumplir los 24 años, lo que indica la presencia de violencia de género o sexual, entre los niños en edad escolar.
¿Qué formas puede adoptar la violencia escolar?
La violencia escolar se refiere a la violencia física, psicológica y sexual, tal como se conceptualiza en la figura siguiente. Puede adoptar diversas formas, que pueden incluir castigos corporales, abusos y agresiones sexuales, acoso escolar o ciberacoso, comentarios con connotación sexual, riñas físicas y violencia psicológica por parte de compañeros o adultos, como burlas dañinas, insultos y exclusión o denegación de recursos.
¿Cómo afecta la violencia escolar a la educación y la vida de los educandos?
Sabemos que la violencia escolar en todas sus formas puede tener graves repercusiones y consecuencias duraderas en la salud física y mental de los educandos, así como en sus rendimientos educativos y, a su vez, en su futuro.
Por ejemplo, el acoso se asocia a dolores de cabeza, trastornos con el sueño, depresión y pensamientos suicidas, así como a comportamientos de riesgo, como el consumo de drogas, el tabaquismo, el consumo de alcohol y las relaciones sexuales de riesgo. La violencia sexual entre adolescentes también puede conducir a un mayor consumo de sustancias, depresión y problemas de salud como embarazos no deseados, así como a una mayor probabilidad de sufrir violencia o de perpetrarla en la edad adulta. Los estudios también han demostrado una correlación entre el acoso, el ambiente escolar y los resultados más bajos en las pruebas estandarizadas, y el acoso puede ser uno de los principales impulsores de un rendimiento académico más bajo.
Debido a su repercusión en el aprendizaje, la violencia escolar no es sólo una cuestión de derechos de los niños, sino que también conlleva costes significativos para los sistemas educativos si no se toman las medidas pertinentes.
¿Cómo trabaja la UNESCO para fomentar entornos de aprendizaje más seguros?
La UNESCO apoya la prevención de la violencia escolar en y mediante la educación, con el objetivo de fomentar entornos de aprendizaje más seguros para todos los educandos.
Para ello, aplicamos un enfoque holístico de la escuela y pretendemos promover el compromiso activo del sector educativo en su conjunto. Este enfoque incluye acciones complementarias y requiere de la participación de diversas partes interesadas, tanto dentro como fuera del entorno escolar.
La UNESCO apoya a los países y a los sistemas educativos para poner fin a la violencia escolar en todas sus formas mediante un conjunto de enfoques complementarios:
- Promoción: Por ejemplo, estableciendo y conmemorando el Día internacional contra la violencia y el acoso en la escuela, incluido el ciberacoso (que se celebra el primer jueves de noviembre de cada año); liderando y contribuyendo a la creación de asociaciones e iniciativas internacionales como el Grupo de Trabajo Mundial para poner fin a la violencia de género en el ámbito escolar (SRGBV), Safe to Learn y el Foro Mundial contra el Acoso Escolar, entre otros.
- Trabajo técnico y programático mediante, por ejemplo, el desarrollo de orientaciones internacionales para abordar la violencia sexual y por motivos de género, un conjunto de informes temáticos para la acción nacional en materia de violencia sexual y por motivos de género, y recomendaciones para la prevención y la lucha contra el acoso y, en particular, el ciberacoso escolar.
- Desarrollo de capacidades y apoyo a la aplicación por parte de los países de programas para acabar con la violencia escolar. Por ejemplo, la UNESCO destacó el papel clave de los docentes para acabar con la violencia escolar y el acoso y ha equipado a los docentes para luchar contra la violencia sexual y por motivos de género en África Occidental y Central mediante cursos de formación y manuales de formación de docentes y planes de lecciones. En siete países de Asia y el Pacífico, y en África Oriental y Meridional, la UNESCO ha apoyado el desarrollo y el uso de una herramienta de enseñanza en las aulas llamada “Conéctate con respeto” para educandos de 12 a 14 años de edad con miras a prevenir y responder a la violencia de género.
- Gestión y difusión del conocimiento mediante la copresidencia del Grupo de Trabajo Mundial para poner fin a la violencia sexual y por razones de género (véase más abajo) y la colaboración, por ejemplo, con la Cátedra UNESCO sobre acoso y ciberacoso. La UNESCO organiza periódicamente simposios regionales de aprendizaje sobre la violencia sexual y por razones de género para promover el intercambio de prácticas idóneas y enseñanzas entre los gobiernos, los investigadores y la sociedad civil de diferentes países.
- Seguimiento y evaluación de las respuestas del sector educativo a la violencia escolar, mediante la prestación de orientaciones técnicas sobre la elaboración de indicadores. Por ejemplo, la UNESCO colabora con sus asociados para vincular los indicadores de medición de la violencia contra los niños con los que se mide la violencia escolar y la violencia de género.
¿Por qué es importante el género cuando se analiza la violencia escolar?
Hay muchos factores que generan la violencia: el género es uno de los principales motores de la violencia en la escuela y sus alrededores. Educandos de todos los sexos pueden ser víctimas de la violencia de género en la escuela y sus alrededores, lo que obstaculiza gravemente su educación, sus derechos y su salud física y mental. Con la igualdad de género como prioridad mundial, la UNESCO presta especial atención a las dimensiones de género de la violencia escolar.
Denominada violencia de género en el ámbito escolar, esta forma de violencia incluye actos o amenazas de violencia sexual, física o psicológica que se cometen en las escuelas y sus alrededores, perpetrados como resultado de normas y estereotipos de género perjudiciales y reforzados por dinámicas de poder desiguales. Esta situación se ve exacerbada por las intersecciones de género con las construcciones de etnia, cultura, pobreza y discapacidad, provocando, por ejemplo, la violencia específica basada en la orientación sexual y la identidad o expresión de género, que incluye el acoso homofóbico y transfóbico. Abordar la violencia escolar requiere, por tanto, comprender el género y las arraigadas normas patriarcales, sociales y culturales.
En el contexto del acoso, los datos demuestran que las niñas sufren acoso tanto como los niños. Sin embargo, los tipos de acoso que sufren las niñas y los niños son diferentes. Los niños están mucho más expuestos al acoso físico, y a la violencia física en general, que las niñas. Estas últimas están ligeramente más expuestas al acoso psicológico, especialmente mediante el ciberacoso, y cada vez más al acoso sexual. El acoso sexual (bromas, comentarios y gestos sexuales) afecta a la misma proporción de niños y niñas. La violencia sexual física (agresión, acoso y violación) puede afectar tanto a los niños como a las niñas, pero estas últimas tienen más probabilidades de ser víctimas de este tipo de violencia.
¿Qué es el Grupo de Trabajo Mundial para acabar con la violencia sexual y por motivos de género?
Bajo el liderazgo de la UNESCO y la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas (UNGEI), en 2014 se creó un grupo de trabajo mundial para poner fin a la violencia sexual y de género que reúne a más de 40 organizaciones comprometidas con la erradicación de la violencia de género en las escuelas y sus alrededores.
En su calidad de copresidente del grupo de trabajo, la UNESCO se ha comprometido a impulsar la promoción y la colaboración a escala mundial entre los asociados en materia de violencia contra los niños, violencia en las escuelas, violencia contra las mujeres y las niñas, y violencia sexual y de género en contextos humanitarios.
Fuente: UNESCO