Los autores describen las características generales de este enfoque de la psicología en el abordaje de los conflictos humanos
“Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Yo soy yo y tú eres tú.
Y si por casualidad nos encontramos, es hermoso.
Si no, no puede remediarse”.
Fritz S. Perls (1893-1970)
El enfoque gestáltico surge a mediados del siglo pasado como respuesta a los grandes cambios en el plano cultural y a los avances científicos en el campo de la percepción y el conocimiento donde los paradigmas y sistemas de creencias imperantes comenzaban a entrar en crisis.
El creador y principal expositor del enfoque fue Fritz Perls, médico y psiquiatra, quien tras recibir la influencia de la filosofía existencialista, la fenomenología, el budismo, el psicodrama, las leyes de la percepción, la psicología bioenergética, se aleja totalmente del psicoanálisis, se traslada a EE.UU. y comienza su gran trabajo.
El Enfoque Gestáltico es un enfoque holístico; es decir que percibe al ser humano en su conjunto, como una totalidad. Todo existe y adquiere un significado dentro de un contexto específico; nada existe por sí solo, aislado.
Es esencialmente una forma de vivir con los pies bien puestos en la tierra. Es un modo de llegar a estar en este mundo en forma plena, libre y abierta, aceptando y responsabilizándonos por lo que somos, apreciando lo obvio, lo que ES.
Podemos decir que es más adecuado denominarlo «enfoque», ya que es un término más amplio, en lugar de «terapia» que restringe sus posibilidades de aplicación a lo clínico.
Este enfoque pone el foco en que la persona pueda darse cuenta (ser consciente) de los procesos que le suceden. Hablamos de un darse cuenta que no es intelectual, sino un darse cuenta del organismo total.
Lo esencial es aprender a vivir en el presente, en el aquí y ahora, aceptar que todo existe en el presente momentáneo. El pasado y el futuro son nuestras concepciones acerca de lo que precedió y de lo que vendrá. Y todo esto acontece en el AHORA.
Cuando llevamos este enfoque al ámbito de la terapia podemos decir que la Gestalt ayuda a ser uno mismo. La autenticidad y la responsabilidad son pilares de este enfoque, y solamente aceptando quienes somos, podemos, si queremos, cambiar. Entendiendo que el único cambio verdadero es comenzando con nosotros mismos.
Para esto, la gestalt utiliza herramientas y técnicas vivenciales, con fantasías, dramatización, sueños, y otros; la persona puede sentir en sí misma la intensidad del conflicto, reconociéndolo corporalmente. Las técnicas gestálticas logran ampliar el darse cuenta y aumentar la toma de conciencia de los aspectos no reconocidos de la persona.
Citando a Francisco Peñarrubia podemos concluir que: la Terapia Gestáltica, más que una teoría de la psiquis, es un eficaz abordaje terapéutico y una filosofía de la vida en la que prima la conciencia (el darse cuenta), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo (la persona total que somos) para auto-regularse de forma adecuada con un medio cambiante.
Antepone la espontaneidad al control; la vivencia a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir a la racionalización; la comprensión global de los procesos a la dicotomía de los aparentes opuestos… y requiere del terapeuta un uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra la enfermedad.
Lic. Lucila Sobrero (MP 6071) – Lic. Cecilia Azocar (MP 5880) – Lic. Ma. Fernanda Sánchez (MP 2720) – Antonio Camargo (MP 1576). Equipo a cargo del curso de postgrado sobre enfoque gestático. Miembros de la Fundación Clínica de la Familia.