El pasado 3 de diciembre se conmemoró el “Día Internacional de las Personas con Discapacidad”. Las autoras hacen referencia a los derechos, como punto de partida para pensar una verdadera inclusión.
¿Sabes cuáles son sus derechos?
En nuestro país hay dos leyes principales que se ocupan específicamente de las personas con discapacidad, de sus derechos, servicios y prestaciones medicas y sociales que les corresponden.
– La Ley 22.431 que establece un Sistema de Protección Integral de las Personas con Discapacidad para garantizar su atención médica, educación y seguridad social; permitiendo el acceso a diferentes beneficios como rehabilitación integral, pensiones familiares y escolarización en establecimientos comunes con los apoyos necesarios.
– La Ley 24.901 dispone el Sistema de Prestaciones Básicas en Habilitación y Rehabilitación Integral a favor de las personas con capacidades diferentes. El objetivo principal es brindar una cobertura integral atendiendo a sus necesidades para una plena inclusión social.
En función de ello, se han dispuesto una serie de artículos que regulan el acceso a sus derechos:
- Las obras sociales tendrán a su cargo, obligatoriamente, la cobertura total de las prestaciones básicas enunciadas por la ley. (Art. 2)
- Las personas que no tengan cobertura social tienen derecho a la totalidad de las prestaciones, que serán brindadas a través de los organismos del Estado. (Art. 4)
- Para el acceso a las prestaciones, se requiere un certificado de discapacidad que será́ otorgado por un organismo público dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. (Art. 10)
- Se brindará el acceso a consultas con equipos interdisciplinarios para evaluación y orientación individual, familiar y grupal, programas comunitarios, como así también, a todas aquellas acciones que favorezcan su integración social. (Art. 11)
- Las personas tendrán derecho a pedir a su obra social un transporte, con el auxilio de terceros cuando fuere necesario. (Art. 13)
Inclusión: Responsabilidad de todos
La inclusión es un proceso que busca la presencia y participación de todos los estudiantes, que mediante la eliminación de barreras como la marginalización, exclusión o fracaso escolar, puedan lograr su propio éxito.
Desde el rol como profesionales de la salud y la educación estamos invitadas en nuestra tarea diaria a generar y promover prácticas inclusoras; es decir, una visión de la educación basada en la diversidad. Esta propuesta implica una adaptación de los sistemas educativos y de la enseñanza para dar respuesta a las necesidades de los individuos y grupos; requiere entonces, diversificación y adaptación de la oferta educativa, del currículo, la enseñanza y la evaluación, en función de las posibilidades educativas individuales.
La educación inclusiva apunta a que todos los estudiantes de una determinada comunidad aprendan juntos, compartan el derecho a la educación; independientemente de sus condiciones personales, sociales y culturales.
La escuela inclusiva da respuesta a las necesidades educativas de todos sus alumnos y alumnas, sin distinción ni exclusión, entiende la diversidad de su alumnado como un valor educativo, respeta y comprende los diferentes tiempos y modos de aprender, proponiendo una enseñanza diversificada.
Esta modalidad inclusiva todavía sigue presentando incongruencias. La escuela común, si bien cada vez más puede repensar su propuesta, aún manifiesta dificultades para adoptar plenamente este modo de entender la educación, sin pretender homogeneizar. Esta situación trae aparejado que sigan presentándose intransigencias que condicionan y entorpecen los procesos inclusivos.
Mucho se ha construido en estos últimos años, pero es importante que se conozcan en profundidad los derechos de las personas con necesidades especiales, a fin de brindar una respuesta a ello.
En nuestro país, diversos grupos de padres, profesionales y organizaciones de la comunidad vinculadas con la temática de la integración educativa, realizan un importante trabajo para alcanzar un efecto multiplicador. Esta manera de pensar la sociedad, garantizaría el total cumplimiento de los derechos de todos.
La inclusión es una responsabilidad conjunta, un medio fundamental para “aprender a vivir juntos” y “aprender a ser”.
Lic. Luciana Montero,
Psicopedagoga- MP 22-3204
Lic. Mercedes Ludueña,
Psicopedagoga- MP 22-2745
Miembros de Fundación Clínica de la Familia
Nota publicada en diario Puntal el sábado 10 de diciembre de 2016