“Honestamente, no sé cómo podríamos hacerlo sin un psicólogo deportivo. Nuestro trabajo es básicamente lastimarnos tanto como sea posible, día tras día. Realmente ayuda contar con alguien que te enseñe a desvincular este tipo de esfuerzo, de los sentimientos de negatividad” expresa Lily Williams, ciclista que compite en París con el equipo de persecución olímpico de EE.UU.
Las olimpiadas siempre han sido un increíble espectáculo de destrezas físicas, pero ahora, tanto participantes como organizadores buscan darle más importancia al componente mental de los juegos. Se habla más del tema, y subrayando la importancia de normalizar esta asistencia terapéutica para los participantes.
Este movimiento ganó impulso desde las olimpiadas de Tokio en 2020, cuando Simone Biles habló abiertamente sobre su trayectoria y cómo iba afectando su rendimiento. Biles compartió que las sesiones de terapia fueron fundamentales para regresar más fuerte a París. De forma similar, el nadador britanico Adam Peaty, quien ha enfrentado depresión y dificultades con el alcohol, volvió este año con tal resiliencia que ganó la medalla de plata en los 100 metros braza masculinos.
El Dr. Commander, psicólogo clínico y deportivo de los atletas, afirma que la cultura de la salud mental está cambiando rápidamente; por lo que cada vez hay más participantes que se sienten cómodos para hablar sobre sus problemas de salud mental y piden ayuda. Mientras tanto, el comité Paralímpico y Olímpico de Estados Unidos (USOPC) aumentó el alcance y el número de psicólogos. Es maravilloso que las organizaciones estén ajustando sus equipos de trabajo, costumbres y tendencias para adaptarse a las necesidades de las personas.
Impulsando el rendimiento
Durante años, los psicólogos deportivos se han centrado en ayudar a los atletas a mejorar su desempeño; calmando los nervios antes de las competencias, enseñando técnicas de concentración y brindando contención al finalizarlas, por ejemplo. “Nuestro trabajo es ayudarlos para que den lo mejor de sí mismos, a pesar de las presiones y distracciones que acompañan las olimpiadas” dice la Dra. Karen Cogan, psicóloga deportiva principal del USOPC.
Uno de los ejercicios de Cogan consiste en explorar los escenarios hipotéticos. ¿Qué pasaría si… estás compitiendo por la medalla en la última prueba, cómo lidias con la presión? ¿O si hay una emergencia familiar justo antes de que compitas, te gustaría saber de ella, o prefieres esperar? ¿Cómo puedes controlar el estrés de una carrera que se retrasa? La doctora entrena los componentes mentales de los deportistas, para que puedan navegar estas variables durante todo el transcurso tanto de preparación, durante la carrera, como al finalizar. Menciona que las técnicas de mindfulness, así como ejercicios de respiración, pueden ayudarlos bastante. Además, se encarga de facilitar la comunicación y unión entre los equipos que compiten juntos.
En un sentido similar, el Dr. Shapiro, consultor en rendimiento mental, ayuda a los atletas paralímpicos a desarrollar rutinas de precompetencia, que incluyen enfocarse en palabras clave como “balanceado” o “seguro” para mantenerse enfocados. También se les enseña a dirigir su atención a todo el proceso de entrenamiento, más allá de los resultados. “Pensar en las medallas es uno de los principales distractores, por lo que es fundamental que practiquen concentrarse en el proceso integral” menciona Shapiro.
Los psicólogos también asisten para que los atletas puedan lidiar con el desgaste mental y físico de su deporte, a través de técnicas de terapia cognitivo conductual (TCC). Por ejemplo, con la reestructuración cognitiva, pueden identificar patrones de pensamientos negativos y ajustarlos. Los atletas paralímpicos, por ejemplo, suelen vivir con una limitación física, así que hay más estrés en torno al proceso de clasificación, el cual determina con quién van a competir y la logística de herramientas personalizadas.
¿Y la salud mental?
Además del entrenamiento cognitivo y mental para mejorar el rendimiento atlético, los psicólogos deben procurar la salud mental. Es por esto que la USOPC ha diseñado un equipo de profesionales para brindar apoyo exclusivo en este componente. ¿Cuál es la diferencia? Cuidar la salud mental requiere asistencia terapéutica mucho más consistente, profunda y dinámica.
Más de 4,000 atletas de la USOPC han pedido estos espacios, donde puedan trabajar diversos temas para priorizar su bienestar personal, más allá del desempeño como deportistas. Esto abarca tratamientos para la depresión, ansiedad, o apoyo intensivo para aquél que se enfrente a emergencias o circunstancias imprevistas que los obligue a retirarse de una competencia. Asimismo, los tratamientos de salud mental contemplan trastornos de la conducta, abuso de sustancias, traumas y la jubilación deportiva. Para esta última, la Dra. Jessica Bartley utiliza la terapia de aceptación y compromiso para ayudar a los atletas a que identifiquen los valores adquiridos; como disciplina, resiliencia, trabajo en equipo, y que puedan emplearlos en la vida post-competencia. “La concentración tan puntual en un solo deporte suele convertirlos en competidores increíbles, pero puede ser muy duro formar una nueva identidad fuera del deporte” menciona Bartley.
Actualmente, el Comité sigue trabajando para clarificar la diferencia entre la psicología deportiva y los recursos de salud mental que proveen, fomentando que los atletas se involucren en su cuidado mental y se sientan acompañados.
Creo que definitivamente los deportistas olímpicos enfrentan una gran presión para cumplir expectativas, manejar roles, y lidiar con problemas personales. Es asombroso cómo el trabajo terapéutico puede transformar su trayectoria e influir en su rendimiento. Pero, aún más fascinante es ver que los atletas se dan el espacio para trabajar en su identidad personal, lo que los impulsa a disfrutar su disciplina. Es súper valioso que hablen de ello abiertamente, ya que empapa al mundo de la psicología y salud mental.
Fuente: psyciencia.com. Por Isabella Mtz Sierra , Licenciada en Psicología, con un diplomado en Psicología Clínica Infantil.