La adolescencia es un periodo del desarrollo que termina con la madurez y que en las mujeres puede ir de los 10-12 años a los 18, y en los varones, de los 12-14 a los 20 años.
De los 10 a 12 años en las niñas y de los 12 a los 14 en los varones aparece aproximadamente la llamada “preadolescencia”, que en los últimos años se ha adelantado: sus características hoy se ven aparecer desde los ocho años –sobre todo en las niñas-.
Aparece la pubertad: que es el proceso de cambios biológicos que se manifiestan por el desarrollo de los caracteres en la mujer se produce después de los 8 años y antes de los 16 años y en el varón, desde los 9 a los 16. El periodo en el que estos cambios aparecen es variable (de 2 a 6 años) y depende de factores individuales, hereditarios o genéticos.
Ahora bien la preadolescencia no es sólo cambios a nivel físico, también son cambios psicológicos y de eso se trata la preadolescencia actual que se observa, por ejemplo, cuando las niñas de 8 años quieren vestirse y actuar como adolescentes de 15. Los niñ@s entre los 8 y los 12 años pasan hoy por una preadolescencia temprana que hasta tiene nombre propio: se los conoce como tweenies o tweenagers (palabra que surge de la unión de teenagers -adolescentes- con wee -pequeñitos-).
Las series de televisión para niños muestran niñas actuando como adolescentes, la ropa de l@s niñ@s copia las tendencias de l@s adolescentes, los “bailes” y los “fiesta del pijama” son cada vez más pronto. Por ello muchos padres y madres, comienzan a tener crisis de autoridad y les cuesta poner límites, dan permiso a cosas que antes eran impensables.
Como psicólogo clínico opino que la preadolescencia temprana de la actualidad se debe más a lo social y no tanto a lo físico: frente al mercado el niño tiene menos poder de decisión, en cambio el preadolescente es más consumista y eso lleva a que determinados intereses incentiven comportamientos que aumenta las ventas.
Hoy por hoy en la consulta de psicología clínica vemos muchos niñ@s de 8 años que aun tienen los llamados dientes de leche que pueden considerarse ya como preadolescentes. Esta en los padres determinar cómo actuar frente a esta realidad, deberán establecerse las reglas para que sus hijos puedan ubicarse en la edad que tienen, sin saltearse la infancia ni dejar de jugar antes de tiempo.
