Es un fenómeno complejo, donde intervienen factores culturales y sociales. Cuáles son las implicancias médicas y psicológicas. Aspectos de prevención
Con riesgos para la madre y el niño, el embarazo adolescente es un problema de salud pública. Implica riesgos en el parto, supone limitaciones para el desarrollo de las adolescentes. Entre las causas de este fenómeno aparecen un entorno social tolerante y la falta de información sobre métodos anticonceptivos y la sexualidad. En esta entrevista, la psicóloga Valeria Figueroa y la ginecóloga infanto juvenil Mónica Castellano* abordan estos aspectos y hablan de cómo afrontar la prevención.
-¿Qué factores explican el embarazo adolescente?
-Figueroa: Puede decirse que algunos de los principales motivos del embarazo adolescente son la deficiente información sobre la sexualidad y el cuidado del cuerpo, y la dificultad en el acceso a los métodos de anticoncepción. Otra de las causas es la alta tolerancia del medio social a la maternidad en la adolescencia, que generalmente se produce por no utilizar métodos anticonceptivos y no es buscado voluntariamente. Otros factores que entran en juego son la permanencia en la escuela, el acceso a la información y educación sexual, las oportunidades y aspiraciones de vida, la existencia de redes familiares y sociales de apoyo de las jóvenes.
Los riesgos
-¿Cuáles son los riesgos que trae aparejado el embarazo adolescente?
-Figueroa: Es muy frecuente el abandono de los estudios al confirmarse el embarazo o llegado el momento de la crianza del hijo. Los mayores conflictos que trae aparejado el embarazo en la adolescencia son el abandono escolar y la inserción laboral prematura, lo que se va agravando hasta la pérdida de vivencias propias de esta etapa de la vida. Todas las puérperas necesitan de una red para no desmoronarse a causa de las heridas físicas y emocionales que deja el parto. Cada mujer se encuentra en ese momento sola con su situación, vive una desestructuración emocional por el nacimiento de un hijo y necesita la presencia de un sostén afectivo: una mujer sostenida afectivamente, comprendida y escuchada estará en mejores condiciones de ocuparse de sí misma y de su hijo.
-Castellano: Desde el punto de vista médico, las complicaciones más importantes son la prematurez y el bajo peso del niño al nacer. La prematurez se relaciona con el nivel socioeconómico, la salud materna, la calidad de la atención recibida y el acceso a servicios de salud adecuados. Además, está asociada con frecuencia a problemas del desarrollo neurológico a largo plazo en el bebé: déficit atencional, necesidad de educación especial y otros.
-¿Es decir que el embarazo adolescente también representa mayor riesgo para la madre?
-Castellano: Las complicaciones del embarazo, parto y abortos son la principal causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años de edad en los países en desarrollo. También están las infecciones de transmisión sexual, que encuentran las tasas de incidencia más altas entre los 15 y 19 años. Además, existe una clara tendencia al aumento de la hipertensión inducida por el embarazo, anemias, hemorragias e infecciones puerperales, que son las patologías más frecuentes.
La prevención
-¿Qué se puede hacer para prevenir el embarazo adolescente?
-Castellano: Ante el franco aumento de la actividad sexual en menores de 20 años, el mayor esfuerzo debería concentrarse en la educación de los adolescentes, con programas serios y sostenidos de salud sexual y reproductiva. Esto favorecería que las jóvenes tengan control y decisión sobre el número de hijos y el intervalo entre ellos. Esto, con el objetivo de que cuenten con alternativas diferentes a la de ser madres, así como completar su educación y sus posibilidades de inserción laboral, para lograr un pasaje menos conflictivo hacia la adultez.
-Figueroa: Es importante que se ayude a la joven a desarrollar una sexualidad responsable, brindarle información acerca de métodos anticonceptivos, así como darle lugar a sus inquietudes, sentimientos y emociones. Además, hay que ayudarla a conformar un proyecto de vida. Para trabajar con las adolescentes, debe tenerse en cuenta un aspecto fundamental: la resiliencia, la capacidad para desarrollarse y alcanzar niveles aceptables de salud y bienestar a pesar de las adversidades. Estas aptitudes permiten tolerar, manejar y aliviar las consecuencias psicológicas, fisiológicas, conductuales y sociales de experiencias traumáticas.
Lic. Valeria Figueroa, psicóloga (M.P. 6672) miembro de Fundación Clínica de la Familia. Invitada: Mónica Castellano, Ginecóloga Infantojuvenil (MP 16879 / ME 4701)
Escucha la entrevista en el micro de Informar Para la Salud en Fm Digital 91.9 realizada el día 4 de junio de 2013: