La mayoría de los niños pasan por una etapa, entre el año y año y medio, en la que a todo responden que no. “¡No!”, responde cada vez que le proponemos algo. Pero, ¿por qué ocurre esto? Después de haberse portado tan bien y hacernos sentir tan orgullosos, ¡ahora parece estar en contra de todo!
¿Qué es y cuándo aparece la etapa del “no” en los niños?
La etapa del “no” suele presentarse alrededor de los 15 meses de vida, cuando el niño empieza a buscar cierta independencia. Esta etapa es conocida como la “primera adolescencia”, y se considera que es cuando se asientan las bases para la adolescencia que vendrá después.
Mucha gente piensa que lo hacen simplemente por llevar la contra, por fastidiar, pero lo que realmente está haciendo el niño al negarse a todo es empezar a experimentar con distintas situaciones sociales. En otras palabras, provoca nuevas situaciones para ver qué sucede y aprender de ello.
Por otro lado, al dar sus primeros pasos en busca de su independencia, va también definiendo su carácter. Muchas veces, incluso, el niño dirá “no” cuando realmente quiere decir “sí”. Con ello, lo que pretende es dar a entender que si accede a las peticiones de su madre o padre, es solo porque él quiere. Entre los “nos” más típicos de esta etapa están:
El “no” por enojo
Has estado durante una hora jugando en el parque con él y ahora el niño no quiere irse a casa.
El “no” por costumbre
Le ofreces un juguete, un dulce o algo que le gusta, pero, por inercia, ¿sabes qué responde?
El “no” porque está cansado
Cuando ya no puede más parece ser la palabra que sale con más facilidad… acompañada de un berrinche.
¿Y qué puedo hacer para regular esta conducta?
En primer lugar, debes tener paciencia, saber que solo se trata de una etapa pasajera y verlo con sentido del humor. Si no dejamos que los niños expresen sus emociones van a buscar otros caminos para hacerlo (como llorar, patalear, morder, etcétera) o, incluso, pueden quedarse sin expresarlas, lo cual es peor.
Tomando como este primer consejo como punto de partida, es importante que busques el punto medio: no ser ni demasiado firmes ni demasiado permisivos para mantener claros los límites:
- No lo castigues. Existen muchas otras formas de manejar la situación.
- Dale opciones. Así sentirá que tiene más libertad y estará más dispuesto a colaborar.
- No le des opciones si no las hay. Preguntarle qué quiere cuando solo hay una respuesta aceptable es un error que debes evitar. Por ejemplo, ponerse el cinturón de seguridad en el auto. En vez de darle la opción a que no lo use (en realidad ésta no es opción) intenta guiarlo de una manera positiva.
- Entre menos reglas, mejor. El exceso de reglas aumenta la probabilidad de que no pueda cumplirlas todas. Intenta hacer que tu hijo se sienta menos controlado. Si siente que obtiene la autonomía y libertad que está buscando, mejorará su actitud.
- Evitar decir “no llores”. Si llora, muestra interés por averiguar sus razones y hazlo sentir que lo entiendes y que no está solo.
Finalmente, debes tener presente que esta fase de la infancia suele durar hasta que cumplen tres años y que, así como llega, se va. No hay fórmulas ni trucos para hacerla desaparecer, así que no está demás la reiteración: sé paciente, tómalo con calma y con sentido del humor.