Contar con un claro proyecto de vida constituye un factor de protección ante el consumo problemático de drogas y alcohol en la adolescencia
Particularmente en el período de la adolescencia, nos encontramos de manera frecuente con situaciones de exclusión social de los jóvenes. Ya sea porque han quedado fuera del sistema escolar o porque se les dificulta conseguir un puesto de trabajo debido a su escasa preparación y experiencia en lo laboral.Son cada vez más los chicos que dejan de contar con la contención institucional necesaria y disponen de un exceso de tiempo libre no planificado.Ellos constituyen el sector de la población que más preocupa socialmente por su vulnerabilidad debido a que bajo el lema de “pasarla bien” y la ausencia de objetivos claros se exponen de manera frecuente ante diferentes riesgos, entre los cuales el consumo de drogas adquiere cierto protagonismo.Desde hace tiempo han sido rotulados de manera negativa como “los ni-ni”, haciendo alusión a la ausencia de responsabilidades escolares y laborales o “la generación sin esperanza”, considerando su escasa motivación y compromiso.Estas expresiones, en cierta forma, dan cuenta de la frustración que genera en el mundo de los adultos tener que abordarlos, escucharlos y guiarlos en un contexto tan complejo y particular. Se trata de un fenómeno cada vez más masivo. De hecho, hoy constituye una preocupación para el Estado que comienza a implementar políticas que los estimulen de diferentes maneras.
En cuanto a la prevención
Podría decirse de manera simple que todo lo que ayude a los adolescentes a definir algunas metas a corto, mediano, o largo plazo y desarrollar el sentido de responsabilidad será de mucha utilidad para definir su estilo de vida y que vayan cobrando forma sus proyectos, de acuerdo a sus propios intereses y vocación.Por ello, retomar alguna actividad abandonada, comenzar a estudiar, realizar deportes, tener algún hobbie o entretenimiento, aprender algún oficio, colaborar con actividades en el hogar y organizar actividades recreativas saludables junto a amigos o familiares cobran importancia entre las primeras sugerencias efectuadas para poder ir definiendo un proyecto de vida saludable.
Proyecto de vida y consumo de drogas
En el caso de un sujeto que ha desarrollado un problema de consumo de sustancias debemos considerar que se ha dado un proceso complejo a través del cual ha intentado lograr cierto bienestar, o evitar el malestar, sustituyendo su frustración por un objeto externo. En este caso, una droga. Al proporcionarle las mismas parcialmente una sensación de gratificación se instaura en su interior un círculo vicioso debido a la necesidad de repetir esa experiencia.De esta manera, todos sus comportamientos comienzan a estar condicionados por el consumo. Gradualmente comienza a dedicar gran parte de su tiempo a planificar el consumo, la obtención y administración de sustancias, por lo que su proyecto empieza a girar en torno a este eje, en detrimento de los aspectos más importantes de la vida misma. Suele observarse un descuido de los vínculos familiares más significativos, deserción escolar, crisis de pareja, distanciamiento de amistades saludables, pérdida de empleo, etc.Puede decirse que el tiempo es vivido como un presente absoluto, sin sentido, sin posibilidad de proyección, porque no existe tal finalidad, sino el deseo inmediato de satisfacción.
Proyecto de vida y tratamiento por consumo
Si bien las primeras intervenciones tienen como objetivo interrumpir el consumo de drogas, dentro de un proceso de tratamiento se aborda la problemática considerando lo más profundo del ser humano.Se trabaja sobre la motivación de sentirse implicado en este proceso, que quien demanda asistencia pueda sentirse protagonista de su propia vida, siendo capaz de asumir todas las consecuencias que tiene la elección del estilo de vida deseado. Es la instancia en que el sujeto decide qué camino quiere seguir configurando su propio proyecto, porque esta libertad de decisión y esta responsabilidad personal frente a la vida no se le deben quitar nunca.
Lic. Marcos Igarza. M.P: 7014. Miembro de Fundación Clínica de la Familia.