En vísperas al inicio de las vacaciones de muchas familias, el autor brinda algunas sugerencias a tener en cuenta en esta época, donde los accidentes de tránsito se multiplican en las rutas.
Cuando emprendemos un viaje, el estado del conductor es fundamental, por este motivo, se recomienda que debe comenzar a conducir descansado y relajado, evitando preocupaciones, comidas abundantes, bebidas alcohólicas, bebidas energizantes en exceso y medicamentos contraindicados para una conducción segura.
El comportamiento del conductor debe ser en todo momento responsable, sin causar peligros, molestias o perjuicios a los demás conductores. Nunca debe competir, ni discutir o vengarse de otros conductores, que han tenido un comportamiento inadecuado.
Siempre hay que tener presente que el único lenguaje en la ruta para con los demás son las señales con las luces, con los brazos o la bocina en caso extremo, pero no los insultos, los malos gestos o actitudes similares.
Es importante estar siempre dispuestos a disculpar y perdonar los posibles errores de otros, ya que, debemos ser capaces de hacer hincapié en la necesidad y el reconocimiento del otro, que como Yo, también esta apurado, llega tarde, o que a diferencia de mí, esta está enfermo o conduce lentamente porque tiene muchos años, comprendiendo y considerando que también existe y forma parte de esta sociedad en la que transitamos.
A su vez, el acto de conducir es una actividad humana que requiere de ciertos requisitos básicos, como lo son las aptitudes o condiciones físicas, entendidas por estas a todas aquellas partes y órganos receptivos del cuerpo que ejecuten las órdenes dadas por el cerebro.
Además, son indispensables las aptitudes psicológicas, que nos brindan un correcto funcionamiento del cerebro con unas capacidades perceptivas, atencionales e intelectuales que nos permitan tomar decisiones adecuadas y mantener un estado de alerta equilibrado, para así poder comenzar a circular (un nivel bajo de alerta trae consigo distracciones al conducir y un nivel muy alto de alerta provoca cansancio e impide responder adecuadamente). Y por último, se incluyen también, los conocimientos teóricos y prácticos de destreza y habilidad que nos permitan ejercer un adecuado control sobre el vehículo.
Todo conductor es responsable de examinar y mantener su propio estado psicofísico de manera tal que le permita la capacidad de una respuesta eficaz y segura. Algunos de los factores que pueden afectarlo y que se aconseja tener en cuenta son: LA FATIGA, provocando una disminución en la capacidad de rendimiento del conductor por el esfuerzo físico, (como el cansancio de los músculos y del organismo en general) psíquico (como la disminución de la atención y de la percepción de estímulos, falta de precisión de los movimientos, etc.) y factores externos (como el mal estado de la vía, condiciones meteorológicas adversas, tránsito muy denso, etc.) que realiza en la conducción.
EL SUEÑO (acto de dormir), es una actividad que resulta imprescindible para un adecuado funcionamiento psicofisiológico del organismo. Mediante este el organismo se recupera del desgaste diario y a través del descanso se regeneran los centros nerviosos y los tejidos musculares. Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es LA VISION, ya que los ojos son los órganos que nos suministran todos los datos indispensables para una buena conducción. Ver bien, significa no tener defectos en la visión y en el caso de tenerlos, son subsanables en la mayoría de los casos mediante cristales correctores (lentes). Saber ver supone prever y anticiparse a los movimientos y reacciones de los demás usuarios, que junto a los factores psicofísicos mencionados anteriormente, hacen al TIEMPO DE REACCION, entendido como el tiempo que transcurre desde la percepción de una señal o de un obstáculo imprevisto hasta el momento de poner el pie en el freno. Este, varía en función de la atención, de la edad, de los reflejos, del estado físico, de la fatiga y sobre todo de las bebidas alcohólicas ingeridas o de ciertos medicamentos, bajo cuyo efecto se tarda más tiempo en reaccionar.
Lic. Ramiro Parsi. Psicólogo – M.P. 8765, Esp. en Psicología del Tránsito, Miembro de Fundación Clínica de la Familia.