Los autores proponen la integración de ambas para el desarrollo de habilidades personales, sociales y la felicidad.
Durante muchos años se enseñó que salud era, simplemente, ausencia de enfermedad. En 1948, la Organización Mundial de la Salud definió a la salud como el “estado de bienestar físico, psicológico y social”, y en 1992, agregó “en armonía con el medio ambiente”. La definición engloba múltiples variables para lograr un estado saludable. Estado que, en relación con la educación, puede ser un gran favorecedor.
La Neurociencia ha avanzado en los últimos 50 años de modo significativo en la comprensión de procesos como la atención, la motivación, las emociones, la memoria, el lenguaje, el aprendizaje y la conciencia. Pudo comprender la fisiología del cerebro y su relación con el proceso de construcción del aprendizaje. Proceso que permite al sujeto la adaptación al entorno cultural por lo que requiere de cambios en el sistema nervioso. De ahí, la necesidad de la plasticidad del cerebro para tener capacidad de aprendizaje y adaptación a nuevas situaciones.
Así tiene sentido la sociedad entre salud y educación, como propuesta capaz de brindar bienestar a la persona, a lo largo de toda la vida.
Para la educación, lo anterior implica el uso de estrategias que permita a los aprendices orquestar experiencias de aprendizaje, donde todos los aspectos del funcionamiento del cerebro se consideren. En los procesos pedagógicos la atención, por ejemplo, se considera fundamental. En este caso, las emociones y la novedad se reconocen como dos elementos que permiten el logro y mantenimiento de niveles de atención. Tanto las emociones como la novedad, interactúan en el espacio neuronal y se ponen de manifiesto fundamentalmente, mediante expresiones comunicativas del lenguaje. Por ello, la importancia de este dato que proviene de la condición física capaz de promover la condición de aprendizaje. Es más, se trata de que la salud y la educación se integren teniendo en cuenta a la persona en su individualidad. Consideración que lejos de ser egoísta, se reviste de insumo potenciado para construir sociedades saludables.
Howard Gardner, conocido psicólogo e investigador de Harvard, dice: “Una escuela centrada en el individuo tendría que ser rica en la evaluación de las capacidades y de las tendencias individuales de la persona”.
Por ello, el presente artículo es una invitación para padres, profesionales de la salud y educadores de la sociedad toda, a poder gestionar los talentos de los niños, adolescentes y jóvenes a fin de que en su propio recorrido de la vida encuentren la realización personal, que no es otra cosa que la felicidad. Porque, ¿Qué sentido tiene un proyecto sino es para el bien? ¿Acaso alguien dice: quiero ser un perfecto infeliz? ¡Imposible! La voluntad busca el bien…
Iniciando el recorrido de la reflexión con Gardner nos detenemos en su libro: “LAS CINCO MENTES DEL FUTURO”, mentes que él considera necesarias para ser exitosos socialmente. Y decimos inicialmente porque, en el transcurso de la reflexión, nos desprendemos de su propuesta adecuándola a nuestro contexto regional y hablamos de CINCO MENTES NECESARIAS PARA SER FELICES. De las mentes que él propone nos quedamos con las tres primeras y agregamos dos que surgen de una investigación a nivel local. Se trata de habilidades de la mente que se constituyen en verdaderas virtudes de la inteligencia y la voluntad.
– MENTE ÉTICA: el arte del bien vivir, la capacidad de vivir en sociedad de forma aceptable y constructiva.
– MENTE DISCIPLINADA capacidad de conocer y comunicar conocimiento.
– MENTE CREATIVA: capacidad de imaginar y crear nuevos caminos de transformación.
– MENTE TECNOLÓGICO – DIGITAL: capacidad productiva y digital.
– MENTE SOCIO EDUCATIVA: capacidad de superar el respeto al otro, buscando cuidar al otro.
Creemos oportuno cultivarlas saludablemente en la escuela. Contamos con grillas de indicadores de cada mente y un plan de trabajo para lograrlas en cada persona de acuerdo a su edad. Insumos que ponemos a la disposición de los lectores de este prestigioso medio. ¡Gracias por compartir conocimiento!
Invitados especiales:
Prof. Liliana Clara Piegaia.
Dra. en Educación, docente e investigadora.
Dr. Marcelo Sebastian García.
Médico M.P. 26797 – Esp. en Cardiología M.E. 11174
Master en enfermedad cardiovascular.
Nota publicada en diario Puntal el sábado 10 de septiembre de 2016