Los pacientes llegan a la terapia con muchas preguntas y expectativas. Algunas de esas expectativas están basadas en creencias distorsionadas de lo que hace un psicólogo y de lo que realmente significa la terapia y el proceso terapéutico.
Para despejar las dudas y clarificar esas expectativas, la terapeuta Rachel Fintzy escribió para Psychcentral una serie de recomendaciones que toman una perspectiva diferente, no se queda en la clásica lista de mitos más comunes que rondan la terapia, sino que ofrece una serie de recomendaciones para que los pacientes tomen un rol activo y responsable dentro de las consultas que en suma incrementarán la efectividad del tratamiento.
Acepta que el crecimiento y el cambio pueden generar incomodidad
La psicoterapia debe ofrecer esperanza de que las cosas cambiaran para mejor y te debe ayudar a encaminarte en la dirección adecuada. Pero para que eso ocurra, la terapia te enseñará maneras alternativas de interpretar tus pensamientos y conductas. Esto puede generar mucha incomodidad que te tentará a dejar el tratamiento. Por lo tanto, te quiero compartir el siguiente ejemplo: Piensa cuando tuviste que usar frenos para tus dientes (en caso de que los hayas usado), al principio eran molestos, apretados y hasta dolorosos, pero con el pasar de los días el malestar disminuyó y los frenos te ayudaron a modificar el problema que tenías en los dientes hasta ayudarte a lograr una sonrisa perfecta. El ejemplo no es del todo preciso, especialmente porque la psicoterapia requiere una participación más activa que la de los frenos que te puso tu odontólogo, pero el proceso de cambio e incomodidad es bastante parecido.
Acepta que iniciar en psicoterapia no significa que estás “dañado”
Si bien es cierto que los trastornos más comunes como la depresión y ansiedad, pueden afectar severamente el funcionamiento de las personas y sus relaciones, esto no significa que hay algo intrínsecamente malo en ti. Que te etiquetes como “defectuso” o “malo” no te ayudará. Lo cierto es que la mayoría de los problemas que aquejan a las personas que asisten a terapia son de origen multifactorial, lo que significa que hay cosas que están fuera del control del paciente. Es aquí en donde la psicoterapia puede ser de mucha ayuda, ya que el terapeuta puede enseñar al paciente diferentes herramientas, insights, interpretaciones y también el apoyo que necesitas para ver los problemas de una manera diferente y más constructiva. Especialmente en aquellas situaciones que el paciente puede controlar.
Acepta que tu terapeuta no puede (o no debería) decirte qué hacer cuando enfrentas decisiones importantes
El psicólogo no da consejos. Dar consejos supone que el terapeuta está en un pedestal de experto sobre la vida del propio paciente. Y en realidad uno de los principios más importantes de la psicoterapia es que el paciente es el experto de su vida, no el terapeuta. Este principio es muy valioso porque ayuda al paciente a entender que el terapeuta lo puede ayudar a reconectar con algunos de los aspectos más importantes de sí mismo, que en definitiva lo ayudarán a tomar decisiones más sabias, en vez de repetir los patrones reactivos que lo ponen a merced de las emociones y la lógica. En estos casos el terapeuta puede ayudar al paciente a aprender a reinterpretar sus emociones y pensamientos de nuevas formas, pero con la salvedad de que el paciente siempre será responsable de sus propias decisiones. En la vida hay situaciones en las que preferiríamos que otras personas tomaran las decisiones difíciles por nosotros, pero parte de ser adulto es tomar responsabilidad por los caminos que elegimos y actuar en consecuencia.
Acepta que los cambios duraderos no suceden de la noche a la mañana
A veces los pacientes entran en terapia con una larga lista de problemas con los que han luchado por años. Piensa por ejemplo en un paciente que ha luchado con un problema de atracones1. Considera cuán profundamente arraigado debe estar el hábito de los atracones y con que frecuencia se ha practicado. Al igual que un camino que hemos recorrido en el bosque durante mucho tiempo, puede ser muy tentador continuar por este camino cuando experimentamos incomodidad o entramos en contacto con un disparador conocido (asistiendo a una fiesta, caminando por nuestra panadería favorita, viendo una bolsa de galletas en nuestra despensa, especialmente si estamos cansados o ansiosos). De hecho, es mucho más fácil a corto plazo transitar por un camino establecido que forjar uno nuevo, lo que implicaría que peleemos con los matorrales y no estemos seguros del resultado. Puede haber comodidad en el ritual de un comportamiento habitual, incluso si nos duele. Sin embargo, a la larga, el nuevo camino puede volverse familiar para nosotros y ser más gratificante.
La terapia es un proceso similar. Es posible que no vea su progreso inmediatamente, pero al seguir el tratamiento podrá apreciar una disminución de atracones y una reducción de los ataques de ansiedad y miedo que antes tenía frecuentemente. El cambio es en sí un proceso que necesita de pequeños pasos para lograrlo.
Acepta que no en todas las sesiones habrán grandes análisis y descubrimientos personales
La psicoterapia es una relación entre usted y su terapeuta y, como en todas las relaciones, hay momentos intensos, momentos fáciles y momentos aparentemente triviales. “Aparentemente trivial” puede ser engañoso, porque no siempre reconocemos en ese momento el valor de la aceptación positiva incondicional y el intercambio de buenas noticias. El hecho de que una sesión de terapia no aborde un “problema” no significa que sea improductivo. Algunas personas tienen dificultades para reconocer el bien en sus vidas y cómo han contribuido a lograr esto, por ejemplo. La terapia puede ayudarlo a ver lo que ya está funcionando, lo que comenzó a funcionar para usted y cómo puede aceptar y capitalizar sus fortalezas y recursos.
Acepta que tu terapeuta tiene buenas razones para mantener los límites
A veces puede estar en medio de una interacción especialmente emocional, y su terapeuta le dice que es hora de finalizar la sesión. Su terapeuta no está siendo insensible ni grosero, y él o ella se preocupan por usted. De hecho, terminar las sesiones a tiempo indica que su terapeuta desea un tiempo adecuado para reflexionar sobre lo que ha sucedido en su sesión, probablemente anote algunas notas de progreso y considere los planes para sesiones futuras. Además, su terapeuta puede tener otro paciente después de usted y quiere darle a él o ella la misma consideración que usted ha recibido. Acepta el hecho de que no eres más o menos importante que cualquier otra persona. La forma en que respondes a este hecho puede ser esclarecedora y un momento de aprendizaje.
La terapia puede ofrecer beneficios que van más allá de la razón original por la que comenzó el tratamiento. Si te mantienes comprometido emocionalmente, tomas responsabilidad por tus actitudes y acciones, practicas la autocompasión y eres paciente con el proceso, tienes una gran oportunidad de salir de la terapia con cambios positivos y duraderos en tu perspectiva, nivel de felicidad çy capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.
Fuente: Unsplash